Ser casa de acogida significa que abres las puertas de tu hogar a un animal en el momento que más lo necesita, y esto, tanto a corto como a largo plazo, es un «salvavidas» para muchos animales.
Siendo casa de acogida no sólo tienes la oportunidad de ayudar a encontrar un hogar a un animal, sino que puedes ayudar a encontrar un hogar a muchos de ellos.
Gracias a la estancia que le ofreces podrás ayudar a la protectora sin salir de casa, mientras ellos le buscan al animal un hogar adecuado. Tú decides qué tipo de acogida estás dispuesto a ofrecer, dependiendo de la edad, el tamaño, y las características del animal.
Por supuesto, hacerse casa de acogida debe ser una decisión meditada, pero siempre tendrás la libertad de decidir hasta cuándo puedes seguir siéndolo.
No olvides que es un compromiso temporal. Tu cariño es infinito y puedes ofrecérselo a tantos animales que ten por seguro que la sensación de estar haciendo las cosas bien hará que te sientas bien contigo mismo de una manera que no puedes imaginar.
Por esto y mucho más, ¡anímate y hazte casa de acogida!